Desde 1990, sólo procesamos nuestros propios tomates, cultivando y elaborando siguiendo los métodos tradicionales artesanales, utilizando únicamente técnicas de cultivo ecológico. Hemos recuperado algunas variedades autóctonas de semillas, normalmente ignoradas por las variedades industriales. Nuestros productos se recogen totalmente a mano, sin utilizar máquinas, y se procesan con métodos tradicionales, como es costumbre desde hace generaciones. Dos equipos de 28 mujeres cada uno, todas amigas entre sí, instruidas en casa por madres y abuelas, lavan, hierven, pelan y llenan los frascos, como se hace desde hace generaciones entre las familias del Sur.
Debido a los bajos rendimientos de los campos y a las técnicas de procesamiento simples y naturales, nuestros tomates tienen un contenido extraordinariamente alto de licopeno, a tal punto que patentamos los métodos utilizados y su aplicación. El licopeno tiene propiedades antioxidantes, protectoras del hígado y antiinflamatorias; puede proteger el cuerpo en las fases más frágiles de la vida, como la infancia, el embarazo y la vejez.
